Por Moisés Granados.
La transformación digital es un huracán que amenaza con arrasar todo lo que no haya puesto barreras tecnológicas. Subirse al carro de los avances ya no es una elección que pueda dejarse a un lado. Todo está conectado, el mundo es un pañuelo global que obliga a las empresas a reinventarse. Internet se ha metido completamente en los aposentos de los ciudadanos. Literalmente, porque no abandonamos ese dichoso aparato de marras, el teléfono móvil inteligente, ni para irnos a dormir. Nuevos formatos, deseos expresos por acercarnos al futuro y pasear por la vida de una manera más cómoda sugieren la aparición, como se ha demostrado en los últimos tiempos, de poner el foco en el software y el hardware.
No hay debate aquí. La tecnología impregna todos los resortes de la sociedad. Desde el consumo de contenidos, las entidades bancarias, los medios de comunicación, los servicios públicos, las empresas de toda índole y las ciudades deben, y comienzan a serlo, más inteligentes. La robótica y la Inteligencia Artificial seguirán sus pasos a lo largo de 2017, un nuevo año en el que aparecerán nuevos productos tecnológicos de consumo e innovaciones que contribuirán en el desarrollo del planeta. Algunas, como la tecnología de realidad virtual, sí es cierto, está ya presente en la actualidad, pero debe presentar nuevas cartas para atrapar a una ciudadanía que ansía maravillarse del nuevo tótem tecnológico que, es posible, aún está por aparecer. ¿Cuáles serán, por tanto, las tendencias del este nuevo año? Nos aventuramos a esbozarlas:
Móviles: adiós a los cables y aparición de pantallas flexibles
En materia de telefonía móvil, 2016 cierra con una bajada en la venta de dispositivos móviles. El mercado es extenso y los ciclos de renovación de productos son cada vez más prolongados. «Hay una saturación; hablamos que llega un momento en el que prácticamente todo el mundo que puede tener un smartphone ya lo tiene», asegura Marta Muñoz, directora de operaciones de la firma de análisis de mercado International Data Corporation (IDC) a este diario. «Este mercado es maduro desde el punto de vista del conocimiento del usuario, pero hay espacio de maniobra para la innovación y ofrecer distintas capacidades y características, así como precios. Hay más posibilidades de segmentar el mercado de formas más diversas».
En los últimos años hemos visto la aparición de dispositivos curvados. Pero todo apunta, según diversos informes consultados por este diario, que 2017 verá la aparición, por fin, de pantallas flexibles en los «smartphones». Firmas como Samsung o LG ya trabajan en ello. Pero, también, hay detalles que animan a pensar que surgirán nuevas propuestas que tratarán de buscar la eliminación de los engorrosos cables. Tras el iPhone 7, el próximo modelo de Samsung, el Galaxy S8, puede prescindir de la clavija «minijack», mientras que Apple trabaja, según las primeras filtraciones, en un nuevo terminal con carga inalámbrica. ¿Será, pues, este nuevo año el momento idóneo para decir adiós a los botones físicos? ¿Será el próximo modelo de iPhone el primer móvil totalmente táctil, sin botón Home ni clavijas siquiera para carga la batería? Lo que parece que está claro es que llegarán los primeros teléfonos sin bordes al estilo del Xiaomi Mi Mix.
Gama media y alta: cada vez más cerca
Otra de las tendencias que se acrecientan se centra en los precios de adquisición. Los analistas creen que seguirán bajando al mismo tiempo que la gama media se acercará mucho a los modelos premium. «Hemos visto mucha innovación en las distintas gamas y la gama media está ofreciendo unas funcionalidades muy elevadas y complejas con productos que se utilizan mucho en el mercado empresarial, que suele tener unas executivas más grandes», señala Muñoz.
Al margen de eso, la industria para 2017 seguirá apostando por los teléfonos móviles de mayor tamaño. Sin ir más lejos, el formato «phablet» ya se ha asentado y muchos de los fabricantes como Huawei, Samsung o Apple lanzarán propuestas de mayor tamaño. «Mientras que antes los dispositivos tenían un tamaño más estandarizado, ahora los de mayores dimensiones se venden muy bien en el mercado y, para determinado perfil de cliente, es su dispositivo preferido. Vemos que gana mucha atracción», recalca la directora de IDC.
Más productos que completan al móvil
Al igual que ha sucedido desde hace dos años, los analistas apuntan a la aparición de nuevos productos que completan al «smartphone». Habrá, por tanto y pese a las dudas actuales, más dispositivos de muñeca y accesorios de todo tipo. «Es un mercado muy dinámico que está sabiendo adaptarse bien a la demanda», manifiesta Muñoz, quien anticipa que lo que se seguirá viendo es que hay marcas que «crean toda una gama de accesorios wearables y demás alrededor de este dispositivo, el móvil, más tradicional y que permite crear un interés y hacer a los usuarios más fieles». En ese sentido, las innovaciones más fuertes llegarán desde fuera del móvil. «La innovación está viniendo de cómo relacionar productos alrededor del teléfono», añade la analista.
Los relojes inteligentes, por ejemplo, aún no han demostrado interés por parte de los consumidores. «Es un concepto relativamente reciente y está en constante evolución. El concepto tiene opciones muy variadas. Estamos viendo una evolución muy significativa. También es verdad que es un dispositivo con unos ciclos de venta diferentes y que no no se percibe como necesario, además depende en muchos casos de esa conectividad del móvil para ofrecer una funcionalidad completa. De cara al futuro estamos hablando de relojes inteligentes que sean capaces desde escanear directamente una foto, gestionar los electrodomésticos, que no necesiten esa conectividad con el móvil, que ayuden a abrir puertas o el coche», vaticina.
Gear S3 de Samsung- SAMSUNG
Redes 5G; menos deseos y más iniciativa
Son muchas las empresas implicadas en el desarrollo del despliegue de las llamadas redes 5G, aquellas que están diseñadas para conectar todos los aparatos posibles y dar comienzo a la verdadera era del «Internet de las Cosas». Sin embargo, hasta la fecha, no hay nada concreto. Más marketing que otra cosa. La mayoría, ensayos y algún escaso ejemplo fuera de laboratorios. Se están creando, ahora, los estándares y al haber tantos intereses depositados aún no se ha estructurado prácticamente nada factible.
Hay una fecha, 2020, año en que en teoría deben empezarse a lanzar las primeras redes 5G comerciales. ¿Será real? En el momento actual la cosa cambia, aunque para 2017 se espera que haya más fuerza. «Estamos viendo mucha inversión y desarrollo por parte de los proveedores de infraestructuras y soluciones alrededor del 5G que sirva de acelerador a soluciones de Internet de las cosas», dice Muñoz. Una tesis compartida desde la parte empresarial. «En 2017 y siguientes creemos que se impondrán la Inteligencia artificial y la realidad virtual. Pero lo que llamamos 'realidad' se hace cada vez más personal y subjetivo: los consumidores no solo se relacionan en las redes sociales, sino que además están personalizando la manera de experimentar el mundo con tecnologías de realidad aumentada y virtual. Los usuarios buscan nuevas experiencias inmersivas y el 5G lo hará posible con latencia más baja, velocidades más elevadas, geolocalización avanzada… Por eso, 'tiempo de la realidad' significa, en definitiva 'tiempo de las redes 5G'», anticipa a ABC Iván Rejón, director de Estrategia, Marketing y Comunicación de Ericsson Iberia.
En busca de la realidad mixta
El año 2016 ha sido escenario de la aparición de los primeros dispositivos de alta gama de realidad virtual, una tecnología que pone al usuario en un mundo alternativo en donde puede interactuar. El «engañar» al cerebro. Pero, también, la realidad aumentada tiene recorrido, sobre todo, en un espacio más empresarial donde tiene obvias aplicaciones. «Imagina unas gafas inteligentes que puedan ayudar al técnico que está en una refinería de petróleo en el mar del norte. De aquí a los próximos cinco años empezaremos a ver muchas veces este tipo de dispositivos. Ahora mismo son tecnologías que no están trabajando directamente con realidad aumentada, los casos son muy limitados. Pero en en otros como la medicina la realidad aumentada tendrá un impacto mucho mayor.
Redes 5G; menos deseos y más iniciativa
Son muchas las empresas implicadas en el desarrollo del despliegue de las llamadas redes 5G, aquellas que están diseñadas para conectar todos los aparatos posibles y dar comienzo a la verdadera era del «Internet de las Cosas». Sin embargo, hasta la fecha, no hay nada concreto. Más marketing que otra cosa. La mayoría, ensayos y algún escaso ejemplo fuera de laboratorios. Se están creando, ahora, los estándares y al haber tantos intereses depositados aún no se ha estructurado prácticamente nada factible.
Hay una fecha, 2020, año en que en teoría deben empezarse a lanzar las primeras redes 5G comerciales. ¿Será real? En el momento actual la cosa cambia, aunque para 2017 se espera que haya más fuerza. «Estamos viendo mucha inversión y desarrollo por parte de los proveedores de infraestructuras y soluciones alrededor del 5G que sirva de acelerador a soluciones de Internet de las cosas», dice Muñoz. Una tesis compartida desde la parte empresarial. «En 2017 y siguientes creemos que se impondrán la Inteligencia artificial y la realidad virtual. Pero lo que llamamos 'realidad' se hace cada vez más personal y subjetivo: los consumidores no solo se relacionan en las redes sociales, sino que además están personalizando la manera de experimentar el mundo con tecnologías de realidad aumentada y virtual. Los usuarios buscan nuevas experiencias inmersivas y el 5G lo hará posible con latencia más baja, velocidades más elevadas, geolocalización avanzada… Por eso, 'tiempo de la realidad' significa, en definitiva 'tiempo de las redes 5G'», anticipa a ABC Iván Rejón, director de Estrategia, Marketing y Comunicación de Ericsson Iberia.
En busca de la realidad mixta
El año 2016 ha sido escenario de la aparición de los primeros dispositivos de alta gama de realidad virtual, una tecnología que pone al usuario en un mundo alternativo en donde puede interactuar. El «engañar» al cerebro. Pero, también, la realidad aumentada tiene recorrido, sobre todo, en un espacio más empresarial donde tiene obvias aplicaciones. «Imagina unas gafas inteligentes que puedan ayudar al técnico que está en una refinería de petróleo en el mar del norte. De aquí a los próximos cinco años empezaremos a ver muchas veces este tipo de dispositivos. Ahora mismo son tecnologías que no están trabajando directamente con realidad aumentada, los casos son muy limitados. Pero en en otros como la medicina la realidad aumentada tendrá un impacto mucho mayor.
Un hombre con las gafas de realidad virtual HTC Vive-
En cuanto a la realidad virtual, la reducción de precios y cómodos puede ayudar a su adopción en 2017. «Hace falta desarrollar la técnica para que los dispositivos tengan unos precios más asequibles y acomodados a las necesidades de los consumidores. Es un entorno que tiene mucho camino por recorrer». Otros expertos consultados por este diario apuntan que para que triunfe realmente esta tecnología es necesario hacerla más social, eliminar el cableado y apostar definitivamente por un contenido más interesante. Y de ahí puede cobrar mayor relevancia irse por la tangente: la aparición de una realidad mixta y combinada puede enriquecer el relato tecnológico y ser, de verdad, una gran explosión. De hecho, un informe de IDC apunta que este emergente mercado pasará de 5.200 millones de dólares hasta 162.000 millones, toda una esperanza para el sector.
Big Data: nuevas formas de monetización
«La transformación digital está obligando a las empresas a cambiar su estructura corporativa», sostiene Muñoz. «Durante 2017 empezaremos a ver un auge del uso del Big Data y nuevas formas de monetización del dato que antes no habían aparecido». Por su parte, Chema Alonso, vicepresidente de Telefónica y conocido «hacker», anticipa nuevos retos en ese sentido: «Las capacidades de sensores y de las herramientas y cantidad de datos que están tomando de las personas y ciudades es tan grande que el perfilado que se puede hacer con ellos es tan fino y ajustado incluso mejor de lo que una persona puede creer. Se puede saber todo de ti. Eso es lo más sensible de la privacidad de su ADN y si no empezamos a tener cuidado los límites y controles nos vamos a enfrentar a unos escenarios muy peligrosos en breve.
Inteligencia artificial: un futuro que da «miedo»
No hay compañía tecnológica - y no solo de dicho sector- que no haya dado ya sus primeros pasos en la inteligencia artificial: Facebook, Google, Microsoft, Amazon, IBM, Mastercard, Apple... Es el turno de las máquinas. De hecho, en el Eurecat Mobile Forum, el congreso especializado en últimas tendencias y estrategias del sector de la movilidad y las aplicaciones móviles celebrado en noviembre, los expertos coincidieron en que el futuro de las tecnologías está en la inteligencia artificial.
Y la verdad es que ya lo hemos visto. Este año, vimos cómo el programa AlphaGo, de la compañía Google DeepMind, se impuso al campeón mundial del juego de mesa Go. Se trata de un software que aprende de su propio juego y toma decisiones muy complejas, todo un hito de la inteligencia artificial.
El hecho de que las máquinas sean capaces de aprender por sí solas e interactuar como si se fuesen seres humanos, «marca un antes y un después en la historia de la humanidad», asegura Pilar Manchón a este diario, Director of Cognitive Interfaces en Amazon. «Estamos viviendo unas décadas muy emocionantes y con enormes avances tecnológicos que afectan a los cimientos mismos de la sociedad», indica la experta. «La Inteligencia Artificial es una herramienta con la que podemos construir, ayudar, potenciar, crear, solucionar ... pero como todo ingenio humano, siempre es posible utilizarlo con fines menos nobles». Para Mancón, uno de los retos que habrá que enfrentar será «regular y crear los mecanismos de defensa necesarios para evitar que algo tan beneficioso como la Inteligencia Artificial pueda causar también graves daños en manos negligentes o sin escrúpulos».
Desde Intel, indican que el mercado mundial de la robótica y la IA va a crecer hasta 153.000 millones de dólares en 2020, incluyendo 83.000 millones para robótica y 70.000 millones para analíticas basadas en IA.
Fuente
En cuanto a la realidad virtual, la reducción de precios y cómodos puede ayudar a su adopción en 2017. «Hace falta desarrollar la técnica para que los dispositivos tengan unos precios más asequibles y acomodados a las necesidades de los consumidores. Es un entorno que tiene mucho camino por recorrer». Otros expertos consultados por este diario apuntan que para que triunfe realmente esta tecnología es necesario hacerla más social, eliminar el cableado y apostar definitivamente por un contenido más interesante. Y de ahí puede cobrar mayor relevancia irse por la tangente: la aparición de una realidad mixta y combinada puede enriquecer el relato tecnológico y ser, de verdad, una gran explosión. De hecho, un informe de IDC apunta que este emergente mercado pasará de 5.200 millones de dólares hasta 162.000 millones, toda una esperanza para el sector.
Big Data: nuevas formas de monetización
«La transformación digital está obligando a las empresas a cambiar su estructura corporativa», sostiene Muñoz. «Durante 2017 empezaremos a ver un auge del uso del Big Data y nuevas formas de monetización del dato que antes no habían aparecido». Por su parte, Chema Alonso, vicepresidente de Telefónica y conocido «hacker», anticipa nuevos retos en ese sentido: «Las capacidades de sensores y de las herramientas y cantidad de datos que están tomando de las personas y ciudades es tan grande que el perfilado que se puede hacer con ellos es tan fino y ajustado incluso mejor de lo que una persona puede creer. Se puede saber todo de ti. Eso es lo más sensible de la privacidad de su ADN y si no empezamos a tener cuidado los límites y controles nos vamos a enfrentar a unos escenarios muy peligrosos en breve.
Inteligencia artificial: un futuro que da «miedo»
No hay compañía tecnológica - y no solo de dicho sector- que no haya dado ya sus primeros pasos en la inteligencia artificial: Facebook, Google, Microsoft, Amazon, IBM, Mastercard, Apple... Es el turno de las máquinas. De hecho, en el Eurecat Mobile Forum, el congreso especializado en últimas tendencias y estrategias del sector de la movilidad y las aplicaciones móviles celebrado en noviembre, los expertos coincidieron en que el futuro de las tecnologías está en la inteligencia artificial.
Y la verdad es que ya lo hemos visto. Este año, vimos cómo el programa AlphaGo, de la compañía Google DeepMind, se impuso al campeón mundial del juego de mesa Go. Se trata de un software que aprende de su propio juego y toma decisiones muy complejas, todo un hito de la inteligencia artificial.
El hecho de que las máquinas sean capaces de aprender por sí solas e interactuar como si se fuesen seres humanos, «marca un antes y un después en la historia de la humanidad», asegura Pilar Manchón a este diario, Director of Cognitive Interfaces en Amazon. «Estamos viviendo unas décadas muy emocionantes y con enormes avances tecnológicos que afectan a los cimientos mismos de la sociedad», indica la experta. «La Inteligencia Artificial es una herramienta con la que podemos construir, ayudar, potenciar, crear, solucionar ... pero como todo ingenio humano, siempre es posible utilizarlo con fines menos nobles». Para Mancón, uno de los retos que habrá que enfrentar será «regular y crear los mecanismos de defensa necesarios para evitar que algo tan beneficioso como la Inteligencia Artificial pueda causar también graves daños en manos negligentes o sin escrúpulos».
Desde Intel, indican que el mercado mundial de la robótica y la IA va a crecer hasta 153.000 millones de dólares en 2020, incluyendo 83.000 millones para robótica y 70.000 millones para analíticas basadas en IA.
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